En las Quinchas se reunieron el chonque, el borojó, la ortiga, la ahuyama y la gallina —entre muchísimas otras plantas y seres — en las manos de cocineras y cocineros locales que le dieron vida a creaciones culinarias dulces y amables a la vista, la tierra y el gusto. Ensaladas con naranja, banano y trocitos de cacao, mesas decoradas con hojas de yuca, plátano y pétalos de flores. Una verdadera apuesta por la belleza, la nutrición y el cuidado del territorio y la vida.
Desde el martes 07 de junio inició el recorrido de innovación de Saberes y Sabores en la Serranía de las Quinchas, que duraría cuatro días, en el marco del proyecto Rutas turísticas por los bosques y la paz. De la mano de las cocineras Antonuela Ariza y Marcela Arango la comunidad de la serranía continúa abriéndose el camino al conocimiento y uso de sus productos locales, con la consciencia —cada vez más arraigada — de la maravillosa biodiversidad de la región y la urgencia de nutrir los cuerpos y el pensamiento de manera diversa, fortaleciendo la relación con el alimento sano y local.
Durante la jornada se propusieron dos talleres. El primero, La caja sorpresa, establecía un diálogo con lo inesperado y la creatividad de los y las cocineras. Y el segundo taller buscaba incentivar las economías circulares a través de la creación de productos que pudieran llevarse a ferias u otros espacios de comercialización.
De esta manera también se amplía el recetario de cocina para recibir al turismo y nutrirlo de manera balanceada y consciente. La Serranía de las Quinchas es, además, el hogar de un gran número de especies endémicas. Visitar la Serranía es realmente una fortuna, no solo por ser un potente y asombroso territorio, sino por las cálidas personas que lo habitan llenas de historias y dispuestas a recibir en sus casas al turismo. Ahora, además, con un recetario ampliado y creativo que promueve la economía local y el conocimiento coherente de su territorio. ¡Qué delicia!
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